martes, 11 de febrero de 2014

La estación

Los primeros momentos del año,
acabo de vomitar,
estoy en la estación de tren,
intento aligerar la borrachera,
camino en el pequeño patio,
empiezo a contar los pasos,
como en una película carcelaria,
cinco pasos por veintisiete.

Cinco por veintisiete
y otra vez y otra,
después uno tras otro,
¿cuantos van?
Trescientos, setecientos treinta y cuatro,
uno tras otro, hacia ningún lado.

Me canso,
vuelvo al alero de la estación,
espero el tren, quiero meterme en cama,
y dormir diez horas,
hay una pareja de sudamericanos mayores,
se besan y se hacen caricias,
él le promete cosas apasionado,
ella finge no creérselas,
no son un matrimonio.

Hay un tío raro,
lleva náuticos,
está quieto y mira el reloj,
 primero el de su muñeca,
después el enorme reloj de estación.
Cuando llega otro se coloca a su lado,
Lleva pantalón de traje y una chaqueta deportiva,
Apenas me miran pero noto que les incomodo,
Soy un loco más pero no encajo.

Otra vez empiezo a contar, hasta que pierdo la cuenta,
Los miro y escribo esto en mi cabeza,
Se preguntan a qúe hora llega el tren,
Hablan del retraso,
Yo estoy seguro de que no vendrá
No hay ningún tren,

Y no es hora de metáforas



Fred Mulinier, Popoemas al Popó

1 comentario:

Ramón Nieto dijo...

voute matar