martes, 10 de julio de 2012

unas vidas y una piedra





Dicen que las piedras tienen memoria, que recuerdan y que se les queda grabado lo que pasa en la ciudad. Dicen un montón de chorradas y esta no es de las peores que he escuchado.
La piedra no recuerda nada, en el mismo banco de piedra en el que ahora beso a esta chica que conocí ayer, otra chica me dejaba hace cuatro años, también la había besado en ese mismo banco. Dos años antes de eso, una chica había sido violada en una noche de noviembre, pasado un año, Juan y María, decidían abortar a la hija que ella llevaba dentro. Hoy hace exactamente tres años que Javi salió del armario y le contó a Divina, su madre, que le gustaban los hombres desde pequeño y que un profesor del colegio de curas le tocaba después de las clases.
La chica que me dejó tiene un novio desde entonces y no es feliz pero se conforma pensando que los demás tampoco. Su novio es de la misma opinión y se lo repite para sus adentros cuando haciendo el amor piensa en un chico que conoció en el colegio de curas.
La chica que fue violada ahora es ingeniera de caminos y procura no pensar en lo que pasó aquella noche de noviembre aunque no ha tenido una relación seria desde entonces y lo achaca a eso.
Al agresor no lo cogieron porque le endilgaron el delito a un violador en serie detenido unos meses después. El violador en serie está en la cárcel del Bueso, sólo su madre va a verlo y reza por él cada día en la catedral.
Después del aborto María cayó en la obsesión de entrar en las páginas pro-vida de internet, enloqueció y un año después entró en un convento, aún no sabe si va a ser monja.
Juan fichó por el Valencia y no jugó ningún partido en su primera temporada, en la segunda tampoco jugó porque se lesionó en un entrenamiento y se ha vuelto, es entrenador de un equipo infantil en Bertamiráns. Su sobrino Pablo juega en él, su hija y Pablo tendrían la misma edad. El director del colegio había sido cura y está muy involucrado con los niños.
Javi es bastante feliz, vive con su novio y tienen dos gatos: Freddy y Pedro.
Divina nunca ha aceptado la realidad, se pasa las tardes adormilada por el incienso de al catedral rezando con otra madre, cada una por sus cosas, ni siquiera se han presentado formalmente.
Por mi parte yo estoy sentado en este banco con mi mano acariciando el cuello de esta chica y pensando en todo esto.




Philip Haaus

RTVE un donante, un animal y un conflicto entre vecinos


Llevo meses esperando un corazón, día y noche pegado al teléfono por si aparece un donante adecuado. Es difícil, nunca he encontrado alguien compatible, lo que llaman en las series de después de comer un “alma gemela”.
            Ahora todo ha empeorado, la loca de arriba, la que se pasaba las noches moviendo los muebles sobre mi cabeza, ha empezado a recoger gatos de la calle. Con el calor las noches se han convertido en una ópera de maullidos, las gatas y los gatos seduciéndose con gritos como lamentos. Además, cada noche, media docena de gatos se instalan con su serenata bajo mi ventana para probar suerte. ¿Como voy a oir la llamada de mi corazón?
            Dicen que acariciar un animal es bueno para aliviar la presión arterial. La próxima vez que baje la loca a por más gatos quizá le pido uno, quizá incluso la invito a tomar un café. Sólo porque dicen que los gatos son buenos para el corazón.


Anibal Kopf

miércoles, 25 de abril de 2012

vida de Wilmer Pancocha

     El pequeño Wilmer pasó sus primeros años en Iquitos, en una ciudad que como él mismo definiría "vivía ahogada por la selva, en constante resistencia frente a la naturaleza, frente al verde antropofágico, temiendo ser engullida por los árboles el río o los indios". Esos primeros años caminó con los pies descalzos por las afueras de la ciudad, al lado del río, con la piel morena y las manos sucias. Sus padres creían que las normas convertían a los hombres en seres perversos y por eso nunca le impusieron nada. Las teorías roussonianas inspiraron su educación y probablemente ésta influyó en sus actos posteriores, en sus años anarquistas.
     Sus padres tenían una convivencia pacífica, ajena a los roles predominantes de la época, pero ajena también a los instintos carnales, Pancocha los definiría luego como "poco sensuales, demasiado intelectuales para el amor físico". Y es por esa época cuando tenía cinco años cuando conoce a su primer amor, la que él definiría como "la India Charito".
     Ella tenía unos quince años cuando la vio la primera vez, él era un niño y por eso seguramente ella ni reparó en su diminuta presencia, pero en el pequeño corazón de Wilmer fue creciendo un amor sin fisuras, el amor que uno siente cuando es niño y todo es absoluto. Años después crecería ese amor en los pantalones de él y le quemaría el pecho de celos y verguenza.

viernes, 30 de marzo de 2012

Cuando la tarde pierde el nombre,
se tiñe de rojos y violetas,
despierta la bestia.

Se revuelve y quiere salir,
beber hasta saciarse,
se convierte el aire en sed.

Las calles se estrechan,
los bares son cuevas,
los ojos grietas.

La garganta una gruta,
el andar somnoliente
te lleva a lugares de donde quieres huir


Poesías del banco de Knoll street, Hermann Koeper (1995)

viernes, 23 de marzo de 2012

Vida de Wilmer Pancocha

      Hace un mes unos documentos salen a la luz pública y revelan informaciones hasta el momento desconocidos para el público y los investigadores. Hay una serie de casualidades que llevan a unos investigadores, Klara Nipples y Henry Lopetegui a encontrar unos viejos papeles, sin saber que tenían en sus manos claves, piezas de un puzzle para resolver una vida enigmática, la vida de Wilmer Pancocha. Los encuentran en un Wendy's en la Avenida Iosef Stalin en Birminghan, Alabama. Después de la sorpresa inicial empiezan el apasionante viaje de descubrir la vida real de uno de los personajes más populares e influyentes del siglo XX.

    Nace en Iquitos, en la Amazonía, Perú y aparece en la partida de nacimiento el nombre de sus padres, Ildefonso Pancocha, inventor de un modelo de autogiro/submarino que no tuvo éxito. Esto le llevo a dejar sus labores como dueño de una mercería/inventor y trasladarse a la selva para buscar fortuna, allí sin embargo tiene una revelación y se convierte en predicador, llegando a contar con una comunidad de fieles numerosa, parte de la cual pereceía posteriormente aquejados de flato. Por otro lado, su madre, una española bellisima según relatan otros documentos de la época, como el diario El Heraldo de Despeñaperros, se traslada desde su España natal para crear el primer falansterio del Perú, sin mucho éxito desde luego. En un determinado momento sus doctrinas anarquistas la llevan a prisión donde un apuesto Ildefonso Pancocha la asiste en sus dudas religiosas. De ahí nace una relación que los llevará a contraer matrimonio, ceremonia oficiada por un chaman indio que nunca tendría validez. Es aquí donde la historia comienza a revelar algunos rasgos de la futura personalidad de Wilmer Pancocha, nunca delveló sus origen, quizá avergonzado de que la boda de sus padres la había oficiado un chamán, con un tucan y un guacamayo como testigos

viernes, 16 de marzo de 2012

rimas del supermercado

Voy al super a comprar condones,
entro y me doy cuenta,
no necesito nada más,
podría comprar,
vino y condones,
la compra de un gavilán.

Me imagino la mirada de la cajera,
el rubor en mis mejillas,
el temblor de mismanos al sacar la cartera.

Podría comprar huevos,
huevos y condones,
parece la compra de un supermacho,
imagino la sonrisa de la cajera,
los devuelvo a donde los había encontrado.

Hago la compra sin pensar más,
me pongo a la cola,
dejo los condones en la caja,
la chica de al lado los mira,
discreta,
luego me mira,
discreta.

Coloco el cartón de leche,
luego la botella de aceite,
después las pinzas de la ropa,
ya no me mira,
seguro que ha pensado:
un criptohomosexual,


muy ordenado








Poema de Amadeo Skylight dedicado a su mentor Wilmer Pancocha (Iquitos 1890- Pancrudo, Aragón 2003)