domingo, 29 de agosto de 2010

El idioma miserable

Necesitaba escribir sobre una pequeña reflexión interior y para comentar mi parecer nada mejor que darle un poco de lustre a esta página nuestra, no siempre todo lo activa que nos gustaría.
Lo cierto es que entre la juventud podemos constatar que existe una pequeña pandemia del lenguaje.
Es triste verificar como aun existe mucha gente joven que en sus relaciones sociales sigue utilizando un idioma menor como es el gallego. Nadie discute su perfecto derecho a hacer uso del mismo. Que esto vaya por delante.
Ahora bien, no deja de resultar chirriante para el oído escuchar en los locales de marcha a las mujeres hablando en gallego. Es el polo opuesto al erotismo y la seducción. Escuchar esas palabras, a menudo pronunciadas con un cerrado acento gallego (siempre asociado al "paletismo" y a los palurdos) estropea las caras bonitas y cuerpos atractivos.
Afortunadamente, y esto es una impresión personalísima imposible de contrastar en la estadística, suelen ser las menos agraciadas las que a menudo recurren al idioma pueblerino. Produce un repelús erizante el escuchar a esos magros andantes y parlantes, tratando de mantener una distendida charla utilizando el idioma que yo asocio a la tasca y al monte. A veces da asco y vergüenza ajena. Sería interesante que hubiera un estudio serio sobre el nivel intelectual y cultural de la población juvenil que utiliza el gallego. No sorprendería a nadie que estuviese por debajo de la media.
Solo espero que con el tiempo este idioma quede relegado al ámbito de la intimidad y de la curiosidad histórica y cultural, pero no sea el medio de comunicación habitual entre la población. Y esto por dos motivos: porque es un idioma con el que solo nos podemos entender cuatro gatos y porque su brutal sonoridad para las relaciones haría bajar más si cabe la natalidad gallega.
Espero que nadie se tome este comentario como una ofensa personal ni plural hacia nadie. Adelante que tengo intención de colgar en breve otro artículo sobre otra epidemia que atenaza a las féminas españolas: la obesidad. Llevará por título "Mundo Bocoy"

domingo, 15 de agosto de 2010

Post alternativo por vagancia

iba a escribir otra entrada sobre el mismo tema que la anterior, pero no se me ocurre nada suficientemente bueno (a pesar de que ya tengo pensado el tema), y no me gusta que salgan dos posts seguidos sobre lo mismo. Así que, ya que nadie publica nada, vamos a recurrir al clásico atajo de colgar vídeos para ahorrar trabajo. Estos son los dos fragmentos del vídeo de mi acto de licenciatura, por si alguien no los ha visto ya!



by Kímiko MC 2010

viernes, 6 de agosto de 2010

All The Small Things: Ser Agradable no es Ligar

Bueno, inauguramos una nueva sección, que espero que dure más que la anterior de la autoterapia, esto es, más de un par de posts, y que por favor no alcance el número de ediciones de los resúmenes de hattrick, pues puede correr el riesgo de llegar a ser un poco pesada. La idea es realizar una serie de entradas de corta extensión, sobre ideas concretas a situaciones cotidianas que hagan a uno pensar sobre el porqué de su existencia. Será así por varias razones, la primera es que a nadie le apetece escribir mucho sobre temas estúpidos que no van a interesar a nadie, y la segunda es que probablemente los temas no den mucho de si.
Con esta presentación brillante, que augura el comienzo de una lectura cuanto menos apasionante, me dispongo a comenzar.
Esta idea me surgió a raíz de un comentario de Metrén, sobre el comportamiento femenino a la hora de interpretar las sonrisas de sus compañeros de trabajo del género opuesto. La conclusión a la que él llegó (nótese que, como buen científico, estoy utilizando la idea de otro para crear un trabajo mío), fue que dirigirse a ellas de manera educada y con una sonrisa, podría resultarles excesivo viniendo de un hombre, interpretando ellas que este aparente interés solo buscaba una intención amatoria.
En el momento de decir esto, me encontraba yo escuchando la conversación y me dejó pensativo. Hasta ese momento no había reparado demasiado en ello, y más tarde, al entablar relaciones cordiales con diferentes mujeres, ya fuese en prácticas, en la facultad, en la calle etc... uno se da cuenta de que en cierto modo Metrén se encontraba en lo cierto. La otra hipótesis es que tanto él como yo pudiésemos resultar bastante atractivos a un amplio espectro de mujeres, pero esto es algo que, al menos por mi parte, es bastante improbable, y por la suya resultaría poco práctico.
Esto hace a uno plantearse cosas: ¿Tan mal nos comportamos los tíos para que les resulte chocante encontrar algo diferente? ¿Porqué las mujeres quieren estar con chicos agradables pero se quieren ir con los que no lo son? ¿Puede ser que tanto Metrén como yo seamos los que interpretamos al revés las reacciones de las mujeres a nuestras sonrisas y comportamientos educados? ¿Venderán realmente un disfraz de efecto Doppler?.
Todas estas preguntas sin respuesta provocan que los fundamentos de esta teoría flojeen más que toda la combinación de orificios de Manuel Fraga. Pero al menos sirven para que los varones que lean estas líneas traten de fijarse en diversos patrones de comportamiento de la hembra con la que se encuentren hablando para tratar de llegar a la misma conclusión, y de paso conseguirán mirarle a la cara y evitar una o dos desviaciones de mirada hacia su escote, trabajo harto complicado en muchas situaciones.
El ejemplo más radical es el que ocurre en una discoteca, pub o similar. Debido a la cultura de la noche y a la situación, hablar mas de 2 frases seguidas con una chica que no se encuentre en tu círculo más cerrado de amistad se interpretará por parte de ella (y del 90% de la gente que se encuentre mirando) por un intento de ligue. Por mi parte, comprobar que realmente no se trata de un intento de ligue real es fácil. Sin la presión del cortejo, soy aproximadamente un 70% más locuaz, simpático y agradable (o absolutamente borde, en algunos casos...). ¿Que es lo malo en esta situación? que al no hacerles caso después, esto se lo toman como una especie de acto de soberbia, quedando uno mismo mal con ella por el simple hecho de querer ser educado (el hecho de quedar como un cabrón sin merecerlo debido a apreciaciones sesgadas es algo que viene implícito en la vida de un ser tímido como yo, y es algo que puede dar para un post como este...).
Como conclusión tenemos que decir, que a la hora de ser agradable y educado con los demás tendremos que andar con pies de plomo, las interpretaciones por parte de la gente pueden ser inesperadas e incluso desagradables, y también decir, que la forma más fácil de ligar que hasta ahora me ha funcionado ha sido mantenerme callado y parecer un chico interesante, algo que por supuesto solo en silencio soy capaz de conseguir (este método tiene incontables pegas y defectos asociados al hecho de que se necesita romper el silencio para continuar el cortejo), y por último, me gustaría saber si alguien a comprobado si la teoría es cierta y ha aprovechado la coyuntura para ligar con alguien con quien al principio solo quiso ser amable y que esta persona interpretó como no debía.
¡No puedo esperar a recibir vuestros extensos 0 comentarios y opiniones a esta idea!

Kímiko MC 2010