viernes, 6 de agosto de 2010

All The Small Things: Ser Agradable no es Ligar

Bueno, inauguramos una nueva sección, que espero que dure más que la anterior de la autoterapia, esto es, más de un par de posts, y que por favor no alcance el número de ediciones de los resúmenes de hattrick, pues puede correr el riesgo de llegar a ser un poco pesada. La idea es realizar una serie de entradas de corta extensión, sobre ideas concretas a situaciones cotidianas que hagan a uno pensar sobre el porqué de su existencia. Será así por varias razones, la primera es que a nadie le apetece escribir mucho sobre temas estúpidos que no van a interesar a nadie, y la segunda es que probablemente los temas no den mucho de si.
Con esta presentación brillante, que augura el comienzo de una lectura cuanto menos apasionante, me dispongo a comenzar.
Esta idea me surgió a raíz de un comentario de Metrén, sobre el comportamiento femenino a la hora de interpretar las sonrisas de sus compañeros de trabajo del género opuesto. La conclusión a la que él llegó (nótese que, como buen científico, estoy utilizando la idea de otro para crear un trabajo mío), fue que dirigirse a ellas de manera educada y con una sonrisa, podría resultarles excesivo viniendo de un hombre, interpretando ellas que este aparente interés solo buscaba una intención amatoria.
En el momento de decir esto, me encontraba yo escuchando la conversación y me dejó pensativo. Hasta ese momento no había reparado demasiado en ello, y más tarde, al entablar relaciones cordiales con diferentes mujeres, ya fuese en prácticas, en la facultad, en la calle etc... uno se da cuenta de que en cierto modo Metrén se encontraba en lo cierto. La otra hipótesis es que tanto él como yo pudiésemos resultar bastante atractivos a un amplio espectro de mujeres, pero esto es algo que, al menos por mi parte, es bastante improbable, y por la suya resultaría poco práctico.
Esto hace a uno plantearse cosas: ¿Tan mal nos comportamos los tíos para que les resulte chocante encontrar algo diferente? ¿Porqué las mujeres quieren estar con chicos agradables pero se quieren ir con los que no lo son? ¿Puede ser que tanto Metrén como yo seamos los que interpretamos al revés las reacciones de las mujeres a nuestras sonrisas y comportamientos educados? ¿Venderán realmente un disfraz de efecto Doppler?.
Todas estas preguntas sin respuesta provocan que los fundamentos de esta teoría flojeen más que toda la combinación de orificios de Manuel Fraga. Pero al menos sirven para que los varones que lean estas líneas traten de fijarse en diversos patrones de comportamiento de la hembra con la que se encuentren hablando para tratar de llegar a la misma conclusión, y de paso conseguirán mirarle a la cara y evitar una o dos desviaciones de mirada hacia su escote, trabajo harto complicado en muchas situaciones.
El ejemplo más radical es el que ocurre en una discoteca, pub o similar. Debido a la cultura de la noche y a la situación, hablar mas de 2 frases seguidas con una chica que no se encuentre en tu círculo más cerrado de amistad se interpretará por parte de ella (y del 90% de la gente que se encuentre mirando) por un intento de ligue. Por mi parte, comprobar que realmente no se trata de un intento de ligue real es fácil. Sin la presión del cortejo, soy aproximadamente un 70% más locuaz, simpático y agradable (o absolutamente borde, en algunos casos...). ¿Que es lo malo en esta situación? que al no hacerles caso después, esto se lo toman como una especie de acto de soberbia, quedando uno mismo mal con ella por el simple hecho de querer ser educado (el hecho de quedar como un cabrón sin merecerlo debido a apreciaciones sesgadas es algo que viene implícito en la vida de un ser tímido como yo, y es algo que puede dar para un post como este...).
Como conclusión tenemos que decir, que a la hora de ser agradable y educado con los demás tendremos que andar con pies de plomo, las interpretaciones por parte de la gente pueden ser inesperadas e incluso desagradables, y también decir, que la forma más fácil de ligar que hasta ahora me ha funcionado ha sido mantenerme callado y parecer un chico interesante, algo que por supuesto solo en silencio soy capaz de conseguir (este método tiene incontables pegas y defectos asociados al hecho de que se necesita romper el silencio para continuar el cortejo), y por último, me gustaría saber si alguien a comprobado si la teoría es cierta y ha aprovechado la coyuntura para ligar con alguien con quien al principio solo quiso ser amable y que esta persona interpretó como no debía.
¡No puedo esperar a recibir vuestros extensos 0 comentarios y opiniones a esta idea!

Kímiko MC 2010

6 comentarios:

Petardo dijo...

A mi de mujeres no me gusta opinar mucho, y menos del arte del cortejo, del que me considero modesto principiante.
Al final todo se puede resumir en que las mujeres sin proporcionalmente susceptibles a su nivel de presuntuosidad. A más creída, más probable que interprete mal lo que sólo pretende ser amabilidad.
Compartiré una anécdota. En una de las incontables juergas santiaguesas, no ha mucho, estaba hablando con un bocoy de proporciones generosas y más roja que Stalin y más alternativa que un pincho de mierda de loro aderezado con espuma de semen de tiburón. Yo traté de ser algo agradable, pero como el bocoy se mostraba demasiado agradable tuve que tomar una decisión para que no malinterpretara mi amabilidad. La razón es simple, yo aun no había privado cacharros suficientes para que un cerebro empapado alcohol reprodujese una imagen sugerente del bocoy, esto es, una figura estilizada de unos treinta quilos menos. Entonces empece a contar medias mentiras, que era un viejo franquista y que me sentía identificado con la extrema derecho. Noté como el bocoy se sentía defraudada/o y se volvía seca en actitud y se alejaba de mi. Me sentí relajado, y reparé que estaba en plena forma pues ante aquel engendro, si no pongo coto a la mantenida conversación, los genitales no hubieran tardado en hincharse y el cerebro en cegarse.

dh dijo...

"yo sé más del deseo que de la satisfacción", kase-o

en breve, nuevos contenidos y nuevo diseño en la butaca verde. estoy dándole vueltas a la idea.

custo dalmau dijo...

yo solo leí la última frase, me lo puede resumir?

Roi RF dijo...

Tiene usted la misma vagancia leyendo que las grandes superficies para copiar sus diseños...

Anónimo dijo...

Partiendo de la base que cada sexo piensa que: por la noche "todos los hombres son unos cerdos" y "todas las mujeres son unas promiscuas", aquí ni dios se pone de acuerdo. Casualmente, no sé en mujeres, pero el 90% de los hombres desconocidos que me encuentro por la noche, me hablan para ligar. Por qué lo sé? porque doy el beneficio de la duda, pienso: "quizás sólo quiera ser simpático, quizás tropezó conmigo y me hace un comentario angelical"....mal, todo mal; al final sólo buscan lo que buscan. Es un hecho. Luego hay ese 5% con el que tropiezas o simplemente, estando a tu lado en la barra de la discoteca, intercambias con ellos un par de palabras amables; y se van al ser servidos, sin más. Supongo que las mujeres no tienen paciencia para ofrecer ese beneficio de la duda y actúan según quieren rollo o no rollo: el tio les habla, pues o se quedan o se van; sin más, pa que enredar. Por la noche no se puede ser agradable altruístamente. He dicho.

Roi RF dijo...

Un par de aclaraciones para Anónimo: Primero, los hombres no piensan "todas las mujeres son unas promiscuas" sino más bien: "Todas las mujeres promiscuas son un poco putas". Segundo, acabas de demostrar empíricamente, que si una chica atiende a tu conversación, es que su intención es la de ligar contigo, por tanto da validez en gran parte a mi teoría. Y como corolario tengo que decir, que si una mujer por la noche no se queda a hablar cuando no busca ligar, veo difícil demostrar que los hombres pueden tener conversaciones altruistas con una mujer sin un interlocutor viciado por la posibilidad del sexo en mente.